25 junio, 2011

En la Biblioteca

En el corto Standing Room Only, bajo el frío de Londres y su lluvia, un grupo de fans va haciendo fila para ver el espectáculo de El Hombre de Mil caras. Se reúnen un canoso mayor, paciente hasta sus talones, un joven que parece venir de lejos y fotografía todo a su paso, una mujer solitaria y atractiva, un hombre apuesto apurando el paso para ganar un lugar. Y una anciana acompañada de su perro, agresiva y pícara, una insinuación de la cámara y sabemos que está defendiendo cada uno su lugar, sólo de pie, pero no importa, cuentan sus posibles boletos, la anciana queda afuera, no alcanza. Nadie le cede un lugar, su ancianidad no importa,  pero ella es... El ídolo, el hombre de las mil caras, el espectador lo sabe, ellos no...
Me ha tomado de sorpresa, porque llevo días pensando en esta irrealidad virtual, en las imágenes deformadas, en las foticos y los avatares, en los temas que  a uno le atrapan la predilección. Poetas leo poco, me harté durante la carrera de buscar tropos y figuras, diseccionar el poema para entender al autor, en realidad me veía a mí, tras el hipérbaton, porque no hay metáfora, ni imagen, ni libro que sea sin que uno le dé cuerpo y razón.  Pero en ese camino de seguidores he descubierto a quienes escriben diferente. Un caso en particular Francisco Novo y nos ha comentado que padece Alzheimer.
 Mi abuela también, quizás Francisco vaya borrando de sí los malos recuerdos. Mi abuela reconoce perfectamente al abuelo, hay sutilezas desconocidas en tantos años de amor. Sin embargo, hay días de abrazos mojados, llora y conversa con sus muertos. Ve más allá, se aísla, buye un dolor en lagrimal y uno no sabe qué decirle, rozarle los dedos, evitar el sobresalto, acompañarla aunque ella no siempre esté ahí para nosotros. Pero uno debe estar en algún rincón de su memoria y me veo en esa anciana de algún día.  Intentaré una breve carrera, pero no alcanzaré lugar. La abuela de toda mi familia dejará un rastro de vivencias en nosotros, un tabique de carácter para educar;  una pata de mesa donde humeaban los postres impostergables, un cinturón. Embrujos con canela y miel, para sempiterna juventud.
Francisco ha sido dicho en sus versos, multiplicado en poemas. Es repetido por quienes lo leemos, quizás el camino de los libros sea la única eternidad que nos consta.
Para él y para quienes aún se quitan de la fila y ceden su lugar, este poema de Virgilio Piñera: En la Biblioteca

Perdido todo,
le quedaron ciertos libros.
Cerrados, semejan ataúdes
y abiertos, cunas propicias.
En estos libros
-que siempre lee como empezándolos-
los fantasmas que los habitan
le dicen que están vivos,
y que si quiere vivir de tal modo,
aparentemente fantasmal,
se deslice raudo entre sus páginas,
elija un capítulo, repose
de todo cuidado humano
-incluso la esperanza-.
y verá claro entonces:
verá por ejemplo que ya no está leyendo el que leía,
verá tan sólo una apariencia del lector,
que insistente le pide descifrar
enigmas aclarados.
Pero ya es tarde
para el de afuera,
y el que está adentro ya no puede hablar.
Detenido en su página, sentado
en su capítulo, es un inmortal.

12 ¿Qué me cuentas?:

José Antonio del Pozo dijo...

Es cierto, Belkys, seguir el camino de los libros y seguir así a quienes los escribieron y dejaron por allá sus jirones de tiempo, sus harapos de inmortal belleza.
(la poesía de Piñera, luminosa)
saludos blogueros

LAO dijo...

El camino de los libros será el que perdurará con el paso del tiempo.......Lo virtual nos regresará a ellos. Muchos saludos!!

Goma de borrar. dijo...

Los libros... sábanas cariñosas que nos envuelven.

geminis dijo...

las bibliotecas me encantan, es como tener el mundo en tus manos con tan solo dar unos pasos hacia el estante puedes viajar hacia donde queramos, antes cuando salía de la prepa, que tenia todaa la tarde libre me iba a la biblioteca central, la que esta en la macroplaza ahi me pasaba varias horas ahi, me divertia mucho, mm ahora no tengo esas tardes libre ja, pero me las ingenio para leer lo que pueda.
besitos belkys

José Antonio del Pozo dijo...

Hola, Belkys, entro en tu blog, para hacerme seguidor de la excelencia del mismo, pero no me sale el cuadro de seguidores. Seguiré intentándolo porque quiero seguir tu escritura, y en cuanto me lo permita, serlo en tu lista.
Gracias a tí.
Saludos blogueros

Fermina dijo...

Te entiendo tanto!
Que desastre se nos hace el dolor cuano vivimos lo que ellos padecen. Lo que siempre supe es que el amor que conocen los mantiene cercano siempre de alguna manera.
Creo que con Virgilio, y en el, encontraremos todas esas palabras que se nos escapan.
Un beso

LA ZARZAMORA dijo...

Virgilio fue "carne" en esto del entender lo que ocurría... y "La Carne" fue la mejor metáfora que encontré en mi biblioteca para comentarte;-)
Besos, Belkys.

Belkys Pulido dijo...

José Antonio, estudié Literatura en Cuba, pero como suele ocurrir hubo autores no mencionados durante los cinco años, fui descubriendo algunos después. Así supe de Piñera, hace poco he leído un libro sobre su poesía. Los libros nos van construyendo puentes, con los años sabemos si esas lecturas nos llevan al cielo o no. Hoy en día encontramos por estos lares gente brillante, sin fama y en las librerías famosos, que de brillo sólo tienen detrás un monstruo editorial.

Belkys Pulido dijo...

Lao, se dice que veremos en tabletas, en pantallas, en maneras insospechadas el libro, pero en lo personal, la forma, la textura y el olor de un libro nuevo o viejo no podrá ser sustituido. Ayer hablaba con un grupo de niños sobre el libro objeto y están tan adoctrinados sobre para qué nos sirven los libros que repetían letanías sin cesar. Ah, pero el libro almohada, el libro abanico, el libro asiento, el libro calzador, el libro regalo, no, no hay sustituto. Libro cuerpo y alma.

Belkys Pulido dijo...

Geminis, a esa biblioteca acudía yo. En tardes donde un novio estudiante me invitaba a compartir lecturas sobre Frida Kalo o Pacheco, allí leíamos a Sabines. Esa biblioteca me recordaba a Cuba, porque allá no teníamos dinero, en mis tiempos de estudiante, sólo teníamos libros para vestir a la tarde, en el malecón. Estoy trabajando en lo tuyo.

Belkys Pulido dijo...

Fermina, te comparto esta anécdota que acabo de leer. Porque siempre la mención de los abuelos, me trae un dolor distinto. Y hoy no quiero pensar en eso.
Borges firma ejemplares en una librería del centro porteño. Un joven se acerca con Ficciones bajo el brazo y le dice: "Maestro, usted es inmortal". Borges le contesta: "Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista".

Belkys Pulido dijo...

Zarzamora, fíjate que nunca he leído Carne y la primera vez que me hablaron de Virgilio fue lo que me mencionaron. Recuerdo que estábamos en la cafetería del teatro García Lorca, todos del Taller de Narración, un grupo de lo más heterogéneo y conversábamos, en grito pelado. Cuando alguien mencionó a Virgilio, en tono bajo, también dijeron La Granja y yo en Babilonia, después me ganó Virgilio por su poesía, quiero dedicar una entrada a él. Hay autores que nos tocan el tobillo o la oreja, algunos nos despiertan de sopetón. Piñeira era lo mismo un ala o un tridente, esa dualidad que lleva el ser humano dentro y no todos la sabemos convertir en obra.

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