18 septiembre, 2015

Nada de Janne Teller


Ninguna pluma que se inspire en el bien, puede pintar en todo su horror el frenesí del mal. José Martí El presidio político en Cuba. Madrid 1871 t.1 pág.59

El Señor de las Moscas y La Barraca dejaron en mis recuerdos lectores un sordo dolor. El ser humano escudado en la multitud, actúa como bestia y trepada en esa certeza tenía, en las noches de la Habana, odiosas pesadillas. Después, en México, Los olvidados traspasaron la pantalla y hoy resultan eventos cotidianos en los titulares.

La novela Nada, de Janne Teller ni a pesadilla llega, pero me incomoda. Dicen y llevan, traen que en algunos países se proscribió. Otros críticos, halagan su contenido y lo catalogan de libro filosófico. Pero un chico sobre un ciruelo no es suficiente: Nada importa, chilla. Se larga del salón, abandona la secundaria y a partir de esa nada individual, se nutre la nada colectiva de sus compañeros. Ellos buscan una loma de significados. La novelista los mueve hacia lo externo. Allí escarban, desde las sandalias, hasta la religión con crucifijo. Un féretro puede servir o un dedo.
Para construir la loma de significados se lastima el cuerpo, se mutila, se viola. Salir ileso de tanto daño es una pretensión. “Trece. Catorce. Adultos, Muertos”.
¡No hay nada que pueda convertirse en algo!¡Porque nada importa!- voscifera Pierre Anthon, desde la rama del ciruelo.

El chico asume de pedestal un árbol y a partir de ahí se desarticulan las individualidades, desaparece la sensibilidad y todos comienzan a seguir al cencerro de la maldad.
Hay lecturas para compartir, aprecio aquellas que se entregan a la discusión de sus lectores.  No hay bueno ni uno, se escribió desde la Biblia, no podemos cerrar los ojos a la violenta realidad, pero…Sin dudas, no compartiría Nada con los alumnos, suficiente irreflexión sin consecuencias se aprecia en algunos pupitres.

No contribuiré a esa loma de lecturas abyectas en las que se tambalean los significados adolescentes. Soy ajena al altar de lo externo y no menosprecio a la maldad, pero la construcción del ser no está sólo en la exposición de sus miserias.

6 ¿Qué me cuentas?:

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz dijo...

He llegado hasta tu blog siguiendo tu rastro.
Es un espacio muy interesante.
Saludos desde Pensando en haiku.

Marián dijo...

La presunción de inocentes está sobrevalorada....

Saludos.

Fango dijo...

Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo.
(Marco Aurelio Almazán)

Belkys Pulido dijo...

Karin, gracias por venir. Me ha resultado grato leerte.

Belkys Pulido dijo...

Marián, lo que más afecta a la sociedad son los culpables, ya no presuntos, sin culpa...Suficiente martirio en los periódicos y en las calles como para darles a los jóvenes casos de impunidad como algo cierto, es cotidiano en la realidad, pero no concibo que sea bueno, en la enseñanza.

Belkys Pulido dijo...

Fango, en esta novela hay de todo eso y más. Un monumento a la barbarie, solo aprovechable para reconocer que toda lectura es opcional y cuando abres el libro puede ser el cielo o la cloaca.

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